jueves, 24 de marzo de 2016

Alfombra de punto de nudo

Hace ya mucho tiempo, allá por los noventa, mi madre, mi hermana y yo nos pusimos a hacer a punto de nudo, la alfombra del salón. Enorme. La eligió mi madre, y creo que no había ninguna más grande. Nos sentábamos las tres juntas en el sofá, y ganchos en mano íbamos poco a poco tejiendo aquella maravilla. Parecía que no la acabaríamos nunca, pero lo conseguimos, y vaya si ha resistido el paso del tiempo, está perfecta, y es un tesoro familiar.

Como en la red se encuentra de todo, me puse a buscar y, la verdad, no hay mucho, y lo que hay es muy caro, así que me hice con este modelo pequeño de Anchor, 60x100 cm, y estoy en ello otra vez.
Se trata de un kit donde vienen las instrucciones, el esquema, las lanas precortadas (acrílicas) y el cañamazo impreso.

Me ha costado un poco, al principio el gancho me cogía la lana y era incapaz de hacer el nudo correctamente, hasta que lo cambié por otro un poco más grande. Me dió un poco de rabia, porque era el que venía en el kit, y, desde luego, no iba bien, y frustra bastante. Pero al final todo se soluciona, y ya tengo mi alfombra lista para lucir, no sé todavía en qué ubicación, pero le encuentro sitio seguro.







lunes, 21 de marzo de 2016

Retomando mi Dear Jane

Hace ya años que comencé este precioso quilt, y aunque pasan largas temporadas sin que haga ni un solo bloque, de vez en cuando hago varios de un tirón.
Ha sido este fin de semana, el domingo por la tarde tenía terminados dos, y mi intención es continuar para ir completando las filas.
Me daba mucha pereza coserlos a máquina, pues para ello tengo que estar sola en el cuarto de costura, preparando las plantillas, cortando los márgenes, planchando, y decidí coserlos a mano por el método tradicional.

Como las piezas del bloque C13 eran tan pequeñas, utilicé para marcar las líneas de costura un pilot frixion azul que tengo hace ya tiempo, pero que nunca había usado.
Todo iba bien, hasta que sólo me faltaba añadir las cuatro últimas piezas, cuatro enormes rectángulos que no suponían ninguna dificultad, después de lo que ya había sufrido con los triangulitos interiores. Entonces se me ocurrió plancharlo con la plancha de aplicaciones, esa pequeñita que sólo alisa las costuras. Cuál fue mi sorpresa al ver que todas las líneas del pilot habían desaparecido!!!
Casi me da un ataque, porque desde luego que no lo iba a deshacer, pero ya no me quedaría bien.
Lo guardé en una caja hasta decidir qué haría, si lo empezaría de nuevo o lo intentaría arreglar, y fue cuando me vino a la cabeza algo que había leído hace mucho en un blog, no recuerdo dónde, y es que si la tela se enfría lo suficiente las marcas de boli vuelven a aparecer. Y así fue: lo metí en el congelador durante una hora y allí estaban de nuevo mis líneas de costura originales. 

Tendré cuidado la próxima vez.